Desde que Quentin Tarantino anunció que haría una película que se desarrollaría en el Los Ángeles de 1969 y que tocaría el tema de los asesinatos de la actriz Sharon Tate y varios de sus amigos, a manos de la Familia de Charles Manson, inmediatamente comenzaron las especulaciones sobre el tratamiento que el director le daría a la hermosa actriz en ciernes que murió junto con su bebé la noche del 9 de agosto de 1969. Había una vez… en Hollywood se estrenó con mucho éxito este fin de semana y hasta ahora, parece que nadie tiene nada negativo qué decir al respecto, y eso es mucho decir para una película de Tarantino.
En una de esas situaciones que sólo Hollywood puede generar, Paul Thomas Anderson entrevistó a Tarantino sobre su más reciente película, y entre otras cosas el director confesó (vía Collider) que aunque ya estaba escribiendo el guion desde que estaba rodando Death Proof en el 2006, no se le puede ocurrir un mejor momento para haber hecho la película, ya que en cualquier otro no hubiera podido contar con la participación de Margot Robbie:
Tarantino cuenta que quizá lo más importante es que no hizo de Sharon Tate un personaje de Tarantino, sino que trató de hacer un retrato lo más fiel posible de la difunta actriz: “Que no haya tratado de hacerlo es lo más interesante. Rick (Leonardo DiCaprio) es un personaje de Tarantino, Cliff (Brad Pitt) también, hasta Steve McQueen (Damian Lewis) tiene algo de personaje de Tarantino. Pero quería que Sharon fuera como la persona que era. Claro, es sólo mi interpretación de quién era de acuerdo a lo que he aprendido, y definitivamente me he inclinado por su lado brillante y positivo, pero parece que así era ella en realidad. Si había otros aspectos de ella, no los encontré.”
Y es que contrario a lo que cualquiera podría pensar -conociendo a Tarantino- el director buscó separar el legado de la actriz de su trágica muerte: “Ella prácticamente representaba la normalidad, no tiene ni hilo narrrativo, simplemente mostramos su vida porque eso es lo que le robaron: vivir su vida. Es trágico que sea una persona que sólo es parte de la historia por la forma en que murió. Gracias a la interpretación de Margot pudimos darnos cuenta de que era mucho más que eso: era encantadora, captas la esencia de su espíritu y de su vida, y la ves haciendo las cosas comunes: resolviendo pendientes, manejando, lo cotidiano. Incluso puedes ver yuxtapuesta a la verdadera Sharon. Estoy seguro que la gente la percibirá diferente a partir de ahora. No es el principio y el fin de Sharon, aún hay mucho que aprender de ella, pero creo que la película la ha rescatado de su tumba en cierto grado, es poco, pero significativo.”
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