En una entrevista reciente, el director aseguró que está jugando con nuestras expectativas.
Siempre he dicho que a una película la define su final: puede quitarle muchos puntos (como en el caso de El legado del Diablo) o puede elevarla a un nivel muy superior. Uno de los mejores cierres del cine es sin duda el de El sexto sentido. Sin temor a equivocarme, creo que es uno de los giros más magistrales que la pantalla grande ha visto.
En casi todas sus cintas, M. Night Shyamalan ha buscado cambiar de repente el arco narrativo para que nada de lo que suponíamos sea cierto y más allá de la sorpresa, lo que pretende es generar toda una nueva narrativa en la mente del espectador. Shyamalan jamás ha vuelto a lograr lo que hizo en El sexto sentido y de hecho, su carrera fue poco a poco en declive con películas que, en general, han decepcionado.
Eso hasta el año pasado, cuando la historia de Fragmentado y la extraordinaria actuación de James McAvoy como el inestable Kevin Wendell y sus muchas personalidades, nos dejó con escalofríos y los pelos de punta, y más al final -otra vez- cuando la aparición de Bruce Willis como David Dunn, nos hizo entender la conexión con Mr. Glass (Samuel L. Jackson), el personaje de El protegido.Aunque esta es una trilogía cercana al subgénero de superhéroes -que a principios de año te dijimos por qué no debías perder de vista- Shyamalan siempre ha insistido en que son más súper hombres con poderes extraordinarios y que su objetivo es más bien explorar lo que pasaría si esto sucediera en un contexto real. Glass se estrena el 17 de enero de 2019, y desde que el primer trailer se estrenó en la SD Comic Con 2018, hemos dado por hecho que veremos a Dunn, Wendell y Price encerrados en el mismo hospital psiquiátrico, siendo atendidos por la Dra. Elli Staple (Sarah Paulson), quien en el más reciente trailer mostró intenciones más oscuras de lo que suponíamos.
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