Es una interesante reinterpretación de varias cuestiones relacionadas con la pérdida y el duelo. A través de contenidas –pero desgarradoras– actuaciones e inquietantes atmósferas, entramos en una espiral de secretos, dudas y tradiciones que no dejará indiferente a nadie.
¿De qué trata?
Nathan, el hijo de Rachel y Anthony, falleció en un accidente automovilístico. Para llevar su luto en paz, la pareja decide mudarse a Finlandia junto a su otro descendiente, Elliot, gemelo del niño que murió. Poco a poco, gracias a una serie de eventos raros, Elliot se convence con más fuerza de que su hermano convive con ellos en su nueva casa. Así, Rachel comienza a buscar respuestas para saber si es cierto que Nathan quiere contactar a su familia.
Gemelo siniestro es un filme que, en aras de no revelar demasiado al público, cambia constantemente. Ya mencionamos que no es fácil saber hacia dónde irá, pero para complementar tal afirmación es preciso decir que no se le puede encasillar en un solo género. Probablemente, para muchas personas, será fácil catalogarla como terror, pero lo cierto es que también hay tintes de thriller psicológico. Incluso, en ciertos momentos, aparecen elementos sobrenaturales y folclóricos. Mustonen está consciente de esta progresión y reconoce que, si funciona, es gracias al equipo detrás del filme.