Corre el año 1969. Un hombre llamado Harrison Ford, casi al comienzo de su vida profesional, se encuentra en Los Ángeles. El joven de 27 años acaba de rodar un pequeño papel ("Arrested Student") en Zabriskie Point, una película muy experimental de Antonioni que incluye explosiones a cámara lenta ambientadas por Pink Floyd. Fue una experiencia peculiar. Pero nada comparado con lo que está haciendo ahora. Contemplar asombrado las imágenes que se despliegan en la pantalla de un televisor y vivir lo que parece una experiencia extracorpórea.
"Fue muy surrealista", cuenta Ford a Empire. "Recuerdo perfectamente la llegada de los hombres a la luna, porque estaba con Jacques Demy y Agnès Varda en Beverly Hills. Agnès se negó a mirar la televisión porque estaba poniendo fotos en un álbum. Y se negó a mirarlo porque creía que todo era falso. Y ese es mi recuerdo personal del alunizaje". Alrededor de Ford, Estados Unidos estaba cambiando, al parecer a la velocidad de un alunizaje. Las tropas fueron enviadas a Vietnam. Jim Morrison había sido arrestado; copias del nuevo álbum de John Lennon confiscadas por la policía. Las protestas se extendían por todo el país, lamentando injusticias. Y sí, un trozo de metal de 44.000 kg fue lanzado al espacio, llevándose consigo a tres estadounidenses hasta la superficie de la Luna: la misión Apolo 11. Fue un acontecimiento asombroso y salvaje. Fue una época asombrosa, salvaje y estimulante para estar vivo.
A menos que no lo fuera. Es el año 1969. Un hombre llamado Henry Jones Jr, cerca del final de su vida profesional, mira a la jubilación a la cara como si fuera una cobra que se balancea. Tras décadas de búsquedas mezcladas con lecciones académicas, en las que ha dispensado montañas de libros de texto y se ha abierto camino a latigazos a través de interminables escenarios espeluznantes, se enfrenta a la cruda realidad: todo ha terminado. Para colmo, el país que ama se transforma a su alrededor. Este héroe a la antigua usanza es ahora un hombre fuera del tiempo. Es seguro que no irá a ver Zabriskie Point. Pero ha olvidado una cosa. Que si la aventura tiene un nombre, debe ser Indiana Jones. Y la aventura aún no ha terminado con él.