“Mete miedo”: terror a la criolla

“Mete miedo”: terror a la criolla

Buenos sustos en la película de Sánchez Sotelo

METE MIEDO

El título, que ya de por sí da un poco de miedo pero no el mejor sentido, se refiere a un juego infantil que es una variante de la escondida, donde aquel que se esconde tan bien como para no poder ser encontrado gana el derecho de asustar a quienes lo buscaban. Pero el tema no aparece en la película hasta bien promediada la historia, y este detalle es el único punto débil de esta sólida película de terror, con ideas originales, excelente factura y sustos a granel.

La trama parte de un buen prólogo en el que en medio de un típico operativo en una villa una mujer policía cae de un techo y aparece en un ritual donde unos fanáticos están a punto de quemarse a lo bonzo. La policía queda medio quemada y en coma durante varios meses, y cuando despierta no es exactamente la misma de antes. Su ex novio y su mejor amiga, una fiscal, se disputan por cuidarla, lo que no ayuda a una recuperación que no es muy útil ya que el problema es de tono sobrenatural. La policía volvió de su coma con la líder de aquel culto, cuya presencia la rodea permanentemente, esté donde esté, lo que da lugar a escenas ominosas, con un climax aterrador en un psiquiátrico.