A todos los niveles, Spider-Man: Into The Spider-Verse fue una obra deslumbrante, pero sobre todo en lo que se refiere a los impactantes efectos visuales. El mundo de Miles Morales y sus amigos arácnidos del multiverso no se parecía a nada que el público hubiera visto antes, no solo retocando sutilmente elementos de nuestro propio universo (¿a alguien le apetece un Koca-Soda?), sino presentándolo todo con texturas tangibles de cómic y florituras impresionistas, dando a la película una identidad distinta y atrevida. Ahora, dado el éxito de esa experimentación, las cosas están a punto de explotar en la secuela Across The Spider-Verse, que redobla esas decisiones únicas y aumenta el alcance considerablemente.
"Nuestro contrato con el público es ofrecerles algo que nunca hayan visto antes", dice el guionista y productor Christopher Miller a Empire en el nuevo número en exclusiva mundial de Spider-Man: Across The Spider-Verse. Y van a por todas para asegurarse de que cumplen esa promesa, creando una continuación que abarca cinco universos diferentes. "La primera película trataba de llevar personajes a la dimensión de Miles", explica Miller. "Esta va de Miles dirigiéndose a otras".
Mientras que Into The Spider-Verse nos dio breves destellos de los mundos habitados por Peter B. Parker, Spider-Man Noir, Peni Parker y más, la secuela pasará tiempo real en un montón de vertiginosas dimensiones. "Cada mundo es un lugar robusto", dice Joaquim Dos Santos, que dirige junto a Kemp Powers y Justin K. Thompson. "Esencialmente hemos hecho cinco películas en una". Está la Tierra-65 de Gwen, con su distintiva paleta de acuarela; el Mumbattan inspirado en la India (mira la imagen exclusiva de arriba, además de la portada para suscriptores de Empire); Nueva York, el hogar del Spider-Man 2099 de Oscar Isaac, alias Miguel O'Hara; el punky New London, habitado por el Spider-Punk de Daniel Kaluuya; además de una secreta quinta dimensión que se mantiene en secreto por ahora. "Va fuerte", promete el guionista y productor Phil Lord. "Los efectos visuales serán asombrosos".
Esa sensación de escalada en la ambición de la película tiene eco en el propio Miles Morales, Shameik Moore. "Diré que esta historia supera a la primera", bromea. "Si el cielo era el límite la última vez, el cielo es ahora el suelo. Estamos pisándolo y mirando a Júpiter". A veces, disparar a la luna no es suficiente.